El Ayuntamiento de Huétor Tájar ha decretado tres días de luto oficial por la muerte de Daniel Solís Jiménez y José Manuel Trassierra Jiménez, vecinos de la localidad y operarios fallecidos tras el derrumbe del techo de la Casa Ibarra, un edificio histórico de que se encontraba en obras de rehabilitación.
El accidente tuvo lugar este miércoles, cuando se produjo el colapso parcial de la cubierta mientras los trabajadores realizaban tareas de refuerzo estructural. Ambos quedaron sepultados bajo los escombros. Un tercer operario, sobrino de uno de los fallecidos, logró salir ileso y alertó a los servicios de emergencia. Los esfuerzos de los equipos de rescate no pudieron salvarles la vida.
En señal de duelo, el Ayuntamiento de Huétor Tájar ha suspendido todos los actos institucionales y ha difundido un mensaje oficial en el que expresa su pesar. “Nos unimos al dolor y lamentamos profundamente la pérdida de estos dos trabajadores y vecinos de nuestro pueblo. En momentos así, las palabras nunca son suficientes, pero queremos expresar nuestro más sentido pésame a sus familias, amigos y compañeros de trabajo”.
También el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra ha declarado tres días de luto. La alcaldesa, Ana Isabel Jiménez, ha expresado su consternación y ha informado de que se ha abierto una investigación para esclarecer las causas del siniestro. Según declaraciones recogidas por medios locales, uno de los trabajadores fallecidos había advertido días antes del mal estado del techo y de la necesidad de reforzar la estructura.
La rehabilitación de la Casa Ibarra, catalogada como Bien de Interés Cultural, contaba con un presupuesto de más de 607.000 euros y una ejecución del 40 %. Tras el suceso, la obra ha quedado paralizada y se han iniciado las correspondientes diligencias por parte de la Inspección de Trabajo y las fuerzas de seguridad.
La tragedia ha causado una profunda conmoción tanto en Huétor Tájar como en Alcalá de Guadaíra, donde las banderas ondean a media asta en memoria de Daniel y José Manuel, cuyos nombres ya forman parte de la crónica negra de los accidentes laborales en Andalucía.