Imaginémonos por un momento la situación. El virus se multiplicado de forma geométrica como estaba previsto y en vez de ser un centenar de casos los contaminados en toda Andalucía, lo son aquí en Alcalá. No hay colegio ni institutos porque están cerrados por orden de la Junta. Ni guarderías. Nuestros hijos están con los abuelos. Los parques infantiles se han clausurado. También los polideportivos donde practican fútbol, baloncesto y atletismo. Los autobuses municipales se desinfectan todos los días al concluir su recorrido y se dejan limpios de virus para el día siguiente. A los trabajadores del Ayuntamiento se les ha dado un programa informático para que teletrabajen desde casa. Lo mismo que hacen casi todos los alcalareños que por la naturaleza de su trabajo les permite hacerlo. Los supermercados y las farmacias son los únicos establecimientos que están abiertos. Bares y restaurantes han cerrado. Y también el pequeño comercio. Se pide a los alcalareños que restrinjan sus desplazamientos lo más posible y lo hagan exclusivamente por motivos muy necesarios. Nuestra Policía Local vigila para mantener la cordura y que la histeria colectiva de un pueblo entero aislado no produzca desmanes. Desde el cuartelillo de la Guardia Civil y con la ayuda de la Policía Nacional se encargan de que no se cometan robos ni actos vandálicos. Se ha reforzado con mucho más personal el Ambulatorio de Nuestra Señora de la Oliva y el centro de Urgencias del Instituto. Todo el mundo tiene su mascarilla pertinente para salir a la calle y usa guantes profilácticos de usar y tirar. Las aceras están vacías de gente. Apenas hay tráfico.

CONTENIDO EXCLUSIVO

Hazte socio. Si ya lo eres y aún no tienes claves pídelas a socios@lavozdealcala.com

Si ya eres socio inicia sesión

Periodista del diario ABC desde 1989. Alumno becado por el Foreign Office en Londres, fue profesor de Opinión Pública en el Instituto Europeo de Estudios Superiores de Madrid