En 2007, «se construyeron en España 5,7 millones de viviendas (más que en EE.UU. con ocho veces más población» (Ventoso, L., Masoquismo extremo, Diario ABC, 21 de julio de 2019). Se apostó por el ladrillo no por la cultura y de aquellos barros, estos lodos. Luego, en Alcalá, el gran argumento de la crisis fue suficiente para borrar de la memoria los festivales de verano del Castillo que llevaban celebrándose tres décadas. No hubo escrúpulo ninguno. Y así nos va porque aunque lleve varios veranos escribiendo y entristeciéndome por la falta de festivales, que incluso sin castillo se llegaron a celebrar en el patio del colegio Salesianos en 1991, nada de esto volverá.
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