Ando estos días entre perplejo y prevenido ante la última ocurrencia de Vox. Sobrecogido, por la finura de la piel de sus políticos, el escaso encaje y el cinismo del que, como es el caso, hacen gala. Y es cosa esta que se puede comprobar en su justeza al saber que han presentado una querella contra las Juventudes Socialistas de Alcalá de Guadaíra por un presunto delito de odio.

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