El tranvía de Alcalá parece la Tierra Prometida, el paraíso al que nunca llegaremos. La travesía por el desierto del transporte público de nuestro pueblo sigue en manos de una línea de autobuses que es la mejor promotora para las autoescuelas. Es inconcebible que en una localidad como Alcalá, la segunda más importante de la provincia de Sevilla, pase un autobús cada media hora. Desde tiempos inmemoriales llevamos esperando el tranvía. Vandalismo en las obras, promesas incumplidas, dinero malgastado, es el panorama general de un proyecto que duerme el sueño de los justos.

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Periodista del diario ABC desde 1989. Alumno becado por el Foreign Office en Londres, fue profesor de Opinión Pública en el Instituto Europeo de Estudios Superiores de Madrid