Llevo más de una semana sin frigorífico. La obsolescencia programada acabó con el actual después de 14 años de funcionamiento, que según los expertos en la materia, ya formaba parte del elenco gerontocrático. Vino el técnico a certificar su muerte y tras un primer análisis de las causas de exitus, anotó los posibles costes para su resurrección. -Doscientos de la placa base, trescientos del condensador, más la mano de obra por... , enumeraba mientras yo sumaba mentalmente. No siga. Él mismo era partidario de que con esa edad no merecía la pena sino comprar uno nuevo. Aún recuerdo una nevera de los americanos de la base de Morón de los años 50 funcionando a la perfección en mi casa hasta hace dos telediarios. Tenía las esquinas redondeadas, como los cacharros de Apple, y un transformador para convertir la corriente de 220 a 110 que era su alimentación. Las gomas estaban perfectas; sus plásticos también y el asa para abrirla como una especie de picaporte en uve muy grande, debía ser a prueba de las bombas de sus propios aviones militares.

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Periodista del diario ABC desde 1989. Alumno becado por el Foreign Office en Londres, fue profesor de Opinión Pública en el Instituto Europeo de Estudios Superiores de Madrid