Un día por la mañana todas las farolas están encendidas. Al principio crees que es otra gentileza más de despilfarro de los que gastan un dinero que no es el suyo. Pero no, están comprobando las bombillas que no funcionan para ser sustituidas inmediatamente. Al siguiente es un camión que descarga maquinaria en medio de la calle cortada al tráfico. Te pellizcas el brazo para dar crédito a lo que ves. ¡Van a asfaltar las Corachas! Esa calle estrecha de la judería de Alcalá que desde tiempos de Abderramán no le llegaba un euro del erario público ni porque Bruselas lo mandara como zona de protección especial. Milagro, en dos días está como nueva y de parecer una pista americana para triatlón ahora sirve para hacer carreras con coches de scalextric. No sales aún de tu asombro por la operatividad desplegada cuando compruebas que están dejando la plaza de El Cabildo como los chorros del oro. Una máquina con agua a presión arranca la suciedad, los chicles, las cacas incrustadas de los perros y hasta la primera capa superficial de granito de la Placita que da gusto verla.

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Periodista del diario ABC desde 1989. Alumno becado por el Foreign Office en Londres, fue profesor de Opinión Pública en el Instituto Europeo de Estudios Superiores de Madrid