-De seguir como vamos, en España terminaremos peleándonos por un vaso de agua.
Quien me escucha decir eso, me mira con ojos severos o me espeta: –¡Anda, no exageres!
Y, sin embargo, no es ninguna exageración. España se desertiza a marchas forzadas, eso es un hecho. Aunque de vez en cuando algún año lluvioso nos preste la ilusión de que la cosa no es tan grave y de que no hay que ser alarmistas, la situación es pavorosa. Las cosechas se han perdido este año, muchos pantanos están al 10 por ciento de su capacidad, los acuíferos se agotan y los espacios naturales se están convirtiendo en abrojos…

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Escritora y columnista de La Voz de Alcalá.