Por adicción o porque mi indignación lo demanda sigo escribiendo para La Voz. Recordando el dicho «vuelta del burro al pajar», yo, tal vez su émulo, vuelvo al pajar de La Moncloa. Sánchez, caudillo de las hordas social-comunistas, con memoria de lo leído, te cuento: Dicen que el general Franco comentó más o menos esto «si cae Madrid se adelanta el fin de la guerra». ¡Y cayó! ¡Tú, ni lo sueñes! Tú y los tuyos, en sentido figurado, no pasaréis. La España democrática lo impedirá, con el voto se os dará una patada en salvase la parte. ¿Qué justifica mi indignación? Lo sucedido en la sesión de control al desgobierno sanchista. El oscuro Rufián, republicano-independentista, manchó una vez más el nombre del Rey. Tras lo cual la incalificable sectaria presidenta lejos de reconvenirlo, le defendió. Supuestamente la bochornable alocución rufianesca no se borrará del Diario de Sesiones. Pero no debe extrañarnos la postura de la presidenta, responde al mantenimiento de la cohabitación sanchista- independentista.

En otro orden quiero manifestar qué el camarada Sánchez y sus compañeros de viaje hacia el desastre de España se comportan como déspotas y nepotistas. Dejaré para otro escrito el porqué de tales adjetivaciones. Sólo adelantaré la opinión de algunos detractores sobre el despotismo.

«Lo único que necesita el despotismo es el miedo. La virtud no le hace ninguna falta y el honor sería peligroso», Montesquieu. «Dad al poder ejecutivo todo el poder posible, pero dádselo por medio de una Constitución. Lo peor del despotismo no es su dureza, sino su inconsecuencia, y sólo la Constitución es inmutable», Juan Bautista Alberdi. «Lo fácil es ser de derechas, dejarse llevar y no combatir el despotismo de determinadas costumbres que han discriminado a más de la mitad de la población del mundo durante siglos», Pedro Zerolo.

Sócrates (Alcalá) filósofo clásico griego considerado como uno de los más grandes, tanto de la filosofía occidental como de la universal. Fue maestro de Platón, quien tuvo a Aristóteles como discípulo,...

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