Desde hace bastante tiempo, se ha impuesto en medios de comunicación, en la clase política y en centros escolares, el uso de un lenguaje que a veces resulta irreconocible e incluso impronunciable. Me estoy refiriendo a los llamados archisílabos. Al alargamiento innecesario de las palabras. También, al abuso de palabras que se toman como latiguillos que, aunque sean correctas, pueden sustituirse por otras con el mismo significado.

Ahora se emplea la palabra finalizar para casi todo. Al igual que señalizar (poner señales). Ahora, nada termina, acaba, concluye, caduca, prescribe… Señalizar, según la RAE, es colocar señales especialmente en carreteras y vías de comunicación. Recuerdo que viendo en televisión un partido de fútbol, el comentarista dijo: el árbitro ha señalizado la falta (habrá puesto señales alrededor del lugar). La mayoría de los políticos, con objeto de sobresalir, usan palabras ampulosas y rimbombantes que, en la mayoría de los casos, no saben lo que significan.

Usan desvalorización por devaluación; Incrementación por aumento; vertiginosidad por vértigo; clientelización por clientelismo… Así, aunque no siempre incorrectas, el afán por estas expresiones, es contagiosa.

Director de La Voz de Alcalá desde 2000. Fotoperiodista de la Agencia EFE y diversos medios como ABC, El Correo de Andalucía y la revista Triunfo.

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