El padre de una alumna me escribe un poco angustiado sobre el uso del masculino-femenino y sobre el signo @. Me comenta que su hija está hecha un lío y que la traen «frita» con el lenguaje.

Pienso que el uso de las lenguas progresan con el uso popular, no con exigencias de los políticos. El usar las terminaciones os/as –ejemplo, todos y todas– me parece, y así lo denuncia la Real Academia Española, circunloquios innecesarios. El género es un atributo de los nombres. Las personas no tenemos género, tenemos sexo. Sustituir los ciudadanos por los ciudadanos y ciudadanas destroza la economía del lenguaje. Giros innecesarios, artificiosos y grotescos.

En cuanto al uso del signo de la @ para designar indistintamente el masculino o femenino, cabría recordar que dicho símbolo no figura en nuestro alfabeto. Se debe emplear como medida de peso y no como designador común de los géneros. Usarlo en comunicaciones a padres y alumnos por maestros y asociaciones, pienso que no es la mejor manera de enseñar la lengua.

A propósito, la APA (Asociación de Padres de Alumnos) se convirtió en AMPA (Asociación de Madres y Padres de Alumnos). Se han dejado atrás a las alumnas.

Director de La Voz de Alcalá desde 2000. Fotoperiodista de la Agencia EFE y diversos medios como ABC, El Correo de Andalucía y la revista Triunfo.

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