Raro es el día que no recibo a través del WhatsApp algún vídeo o mensaje denunciando situaciones o noticias falsas. Lo que se llama un bulo, un conato de hacer creer a una persona o a un grupo de personas que algo falso es real. No lo comparto hasta que no tenga la información suficiente para, si me apetece, difundirlo.

Últimamente estoy observando en las redes sociales de nuestra ciudad la difusión de una noticia relativa a cierta situación procesal y que no es sencillo cotejar por determinadas personas. Muy pocas se preocupan de buscar toda la información para tener una opinión ajustada a la realidad.

Una cantidad indeterminada de estos bulos, rara vez es desmentida cuando alcanzan cierta difusión. Mientras tanto, cientos de personas, miles de personas, pueden haber colaborado en su propagación.

Aunque los bulos son crecientes, no comparto ninguno. Y eso que algunos me los envían amigos a los que les presupongo buenas intenciones. A todos les advierto que dejen de compartirlos. La información, la buena información, es necesaria para no dejarse engañar en las redes sociales.

Director de La Voz de Alcalá desde 2000. Fotoperiodista de la Agencia EFE y diversos medios como ABC, El Correo de Andalucía y la revista Triunfo.

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