El «Corazón Industrial de Andalucía», como la propaganda municipal bautizó a los polígonos de Alcalá, se queda sin gaseosa. La fábrica de La Casera se lleva su producción a Toledo y con ella deja en el aire los puestos de trabajo. La sangría de la deslocalización industrial va en aumento. Esta es la enésima empresa ubicada en Alcalá que echa el cierre y se va a otro lugar a producir.

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