La remodelación de la calle La Mina va camino de convertirse en un culebrón con varias temporadas. La primera de ellas, con introducción, nudo y desenlace, se produjo con la adjudicación del proyecto. Acabó recurriéndose ante el Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales de la Junta de Andalucía y el gobierno salió por la tangente con un proyecto redactado con recursos propios. Entre medias, también tuvo que cambiar de idea y renunciar a remodelar la calle completa porque el TSJA paralizó de forma cautelar la demolición de dos viviendas por la que iba a pasar un baipás para desviar el tráfico por Conde de Guadalhorce. Al final, el ambicioso proyecto se redujo a la remodelación de apenas 150 metros de calle y el acceso al molino.

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