Alcalá sigue estando entre las ciudades de España con más paro, con una tasa del 25,86%. Desde hace años encabeza, junto a otros municipios andaluces, una clasificación sonrojante y preocupante. Según el informe Indicadores Urbanos 2021 publicado por el Instituto Nacional de Estadística, la ciudad es la quinta con mayor tasa de paro de entre las ciudades mayores de 20.000 habitantes del país.

A pesar de que el dato es demoledor, el que no se consuela es porque no quiere. En esta ocasión, Alcalá baja una posición, pasando de la cuarta en la que se situaba en 2020 a la quinta. Además, la tasa desciende 0,54 puntos respecto a los indicadores de 2020. Este leve descenso ha sido una tendencia en los últimos años y pese a ello sigue Alcalá siendo una de las ciudades con mayor tasa de desempleo. Este problema estructural de la ciudad es una lacra que se arrastra y que difícilmente se resolverá si no se cambia el modelo productivo y el enfoque en las políticas de empleo.

Alcalá cuenta con numerosos polígonos y aspira a volver a ser el corazón industrial de Andalucía. Sin embargo, la tasa de paro es similar a la de ciudades desindustrializadas
como Linares, la ciudad de España con mayor tasa de paro. Por tanto, coincide en que la deslocalización de empresas y el cierre de la industria ha creado una cota mínima de paro
asociado difícilmente recuperable. Los extensos polígonos de Alcalá cuentan cada vez con más almacenes y negocios del sector servicios frente a una industria que se ha ido debilitando con los años. Hay que recordar el cierre de Roca y Flex, entre otras, mientras que son pocas las grandes industrias que resisten como Siderúrgica Sevillana o la ementera. Además, los polígonos acogen a muchos trabajadores de la capital y municipios cercanos, por lo que la creación de empleo no siempre repercute directamente en la ciudad.

No obstante, el gobierno municipal va a poner en marcha un plan para revitalizarlos y atraer inversión. Unos 20 millones de euros se van a destinar en los próximos años a la mejora de los parques empresariales alcalareños para dotarlos de mejores condiciones, más fértiles para la creación de riqueza y empleo. La situación de Alcalá respecto al empleo es preocupante, es una lacra, pero también es cierto que la ciudad cuenta con elementos que le podrían ayudar a revertir la delicada situación con algo más de facilidad. Cuenta con dinero público para crear un espacio que propicie la creación de empleo y cuenta con una posición estratégica.

Ahora solo falta gestión para materializar esas buenas condiciones. Y ahí está el verdadero problema de Alcalá. En la gestión deficitaria de los recursos. Cabe esperar que la lluvia de millones de Europa, la Diputación y el Gobierno de España, más los fondos propios aportados, faciliten a las empresas la creación de puestos de trabajos, y que estos sean ocupados por vecinos de Alcalá. Las políticas llevadas a cabo hasta ahora por el gobierno municipal han sido las de abonar el terreno a grandes empresas como las plantas fotovoltaicas, a las que se les permitía implantarse casi sin pagar impuestos y ocupar grandes extensiones del territorio sin apenas repercusión en el empleo y la economía local. Este modelo debe ser revertido por otro con el que se combata el paro.

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