El ejecutivo de Ana Isabel Jiménez viene demostrando que carece de la capacidad de anticiparse a los problemas. De hecho, la gestión del gobierno local se resume en el parcheo constante de los problemas, y a veces ni eso. El último ejemplo de la falta de previsión se ha visto en el parque de Bomberos de Alcalá. Una ciudad de 75.000 habitantes que cuenta con cuatro camiones para la extinción de incendios de los que tres están inoperativos, dos con averías y otro que no ha superado la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Un Parque de Bomberos que está en cuadros por la falta de anticipación, ya que la flota tiene 15 años de desgaste y desde hace años los profesionales vienen advirtiendo de la situación. Pues bien, el camión que venga a sustituir al que queda fuera de servicio definitivamente por no pasar la ITV, llegará cuando se superen los trámites administrativos en la Diputación de Sevilla, de la que por cierto es vicepresidenta la alcaldesa de Alcalá. Desde que se firmó el pacto de gobierno en junio de 2019, las competencias del Gobernación recayeron del Ciudadanos, por lo que en este caso en concreto comparte con el PSOE la falta de anticipación.

Llama la atención cómo, tras publicarse la denuncia de la falta de medios de los bomberos de Alcalá, la alcaldesa publicó un comunicado informando de una reunión con el presidente de la Diputación. En este encuentro Jiménez y Villalobos presumieron del equipamiento con el que la Diputación ha dotado a los bomberos de Alcalá, sin embargo, obviaron anunciar cuáles serán los términos y los plazos de resolución del problema. La Voz de Alcalá ha podido conocer que se está tramitando la adquisición de un camión, pero mientras tanto Alcalá queda a expensas del apoyo de otros parques en caso de emergencia grave, evidenciando una falta de planificación y anticipación importante en la gestión.

En la misma reunión se trató el proyecto de rotonda en la antigua carretera de Utrera, a la altura de la Venta Los Pinares, que dé un acceso seguro a los Pinares de Oromana. Esta infraestructura es muy demandada por los vecinos, y no ha sido hasta la acumulación de numerosos accidentes en el último año cuando el gobierno actuó, yendo, como es habitual, por detrás del problema. En enero de este año se anunció la redacción del proyecto. Siete meses después no se conoce ningún avance al respecto. Estos dos ejemplos, se suman a los que el COVID-19 ha sacado a la luz como la nefasta gestión de la Oficina de Atención al Ciudadano, denunciada por la plantilla municipal que ha llegado a un extremo que hace «insostenible» el servicio. Estos problemas estructurales han sido alertados durante años por la oposición y por los sindicatos, sin embargo, el gobierno no ha puesto solución, evidenciando una dejadez de funciones y una falta de compromiso notable con la ciudadanía.

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