En los tiempos que corren, en los que prima la inmediatez por encima del análisis sosegado y profundo, lo gratis frente la calidad, lo sesgado contra lo plural, es una rara avis que un periódico en papel de las características de La Voz de Alcalá siga cumpliendo números y años con una salud que va a mejor.
En mayo celebró 28 años de vida y ahora ve la luz este número 500 de la publicación decana de la prensa alcalareña. Un hito que no debería pasar por alto la sociedad civil por lo valioso de su simbolismo.

El compromiso, la implicación, la pluralidad y la libertad con la que La Voz ejerce el periodismo han posibilitado a Alcalá una herramienta de incalculable valor: un altavoz para la denuncia social y política; para la crítica y la confrontación de ideas; y para la difusión de la cultura y la identidad alcalareñas. Pero, además, este periódico ha sido y será un elemento clave la vida democrática de la ciudad. Durante estos 28 años y 500 números, junto a la revolución digital y tecnológica vivida en el último año y medio, La Voz de Alcalá ha madurado, se ha consolidado como medio de referencia y se ha enraizado en la sociedad civil hasta formar parte de ella por derecho propio. La Voz ha sido y seguirá siendo el periódico de Alcalá.

Este largo camino recorrido ha sido posible gracias a todos los colaboradores, socios y lectores, que defienden un periodismo independiente y plural para Alcalá. Un camino que continúa porque La Voz sigue siendo una herramienta útil, necesaria e imprescindible para la ciudad. Por eso, las instituciones, las empresas comprometidas con la ciudad y la sociedad civil alcalareña tienen que apostar por una iniciativa cultural y periodística sólida, plural y activa como La Voz de Alcalá, especialmente en tiempos en los que, si algo hace falta, es la reflexión compartida.

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