Por Guillermo Marcos Rivero

Considero que siempre es necesario a la hora de opinar basarse en hechos sólidos, en información veraz, así se cumplen dos objetivos, por una lado se le da firmeza a nuestros argumentos; y por otro, no se contribuye a propagar mentiras, falsas noticias, verdades a medios, en definitiva, la palabra de moda: bulos.Pues bien, en la edición del 1 al 14 de mayo de este periódico, el articulista Javier Jiménez hace todo lo contrario, basando su opinión y contribuyendo a difundir una información poco fiable si se indaga al menos un poco. La fuente citada al inicio del artículo, el Institute of Certified Management Accountants de Australia, resulta ser un texto del gerente de una asociación de contables australianos, que ni es experto en gestión sanitaria ni en epidemias. Que la fuente sea de dudosa confianza, como poco, le resta credibilidad al resto del artículo, aunque pueda llegar a decir grandes verdades.

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