Después de varias semanas de quejas que se quedaban en charlas improvisadas, la Asociación de Vecinos de la zona Centro ha decidido dar un paso al frente y presentar un escrito al Ayuntamiento, con el que manifiestan su «malestar» por la situación que vive «uno de los barrios más habitados de Alcalá».

Respaldado por más de 330 firmas, el documento alerta sobre la degradación que sufre el entorno de la plaza del Derribo –en concreto, las calles Herrero, Orellana, Coracha, Santiago, Fernán Gutiérrez, Isidoro Díaz, Ángel, Sánchez Perrier o Santa María–, donde se observa la ocupación ilegal de casas deshabitadas, la venta de droga o la falta de higiene.

«Inseguros»
De especial gravedad para los vecinos es el primer asunto, el de las casas ocupadas, que se localizan en las calles Orellana, Santiago, Herrero o, en las últimas semanas, en Villa Esperanza, el histórico inmueble de la Cuesta del Águila, que, a pesar de su valor arquitectónico y de ser propiedad municipal, sigue abandonado y expuesto a expolios desde hace años.

Según el texto remitido al Consistorio, la proliferación de viviendas ocupadas ha conllevado «voces, peleas, suciedad o las visitas de personas en coche, que llegan a las casas de estos ocupas»; lo cual «hace pensar que debe haber tráfico de sustancias estupefacientes».

Como consecuencia, según los vecinos, «se están produciendo actos relacionados con ajustes de cuentas», además de apreciarse «un coche incendiado hace unos meses, robos en coches y viviendas, niños sin escolarizar, conexiones al suministro eléctrico en precario, con el riesgo que esto representa…». O, incluso, se piensa que «puede haber prostitución en el bloque de pisos del antiguo bar Gramola».

Los firmantes afirman que se sienten «inseguros» y que han modificado sus «hábitos» para que «sus hijos no se encuentren con situaciones peligrosas».

Deterioro del patrimonio
Dada la persistencia de estos problemas, el pasado 28 de junio, la Asociación de Vecinos Centro, presidida por Ana María Carrera, mantuvo una reunión con la delegada de Vivienda, Pilar Benítez, y el delegado de Urbanismo, Germán Terrón; a la que asistieron también representantes de los Servicios Sociales, la Policía Local y la Nacional, que reiteraron que se les comunicara cualquier incidencia al respecto.

Llamadas a la Policía que ya se han hecho y que han evitado asentamientos ilegales en las casas de la calle Santiago, número 4, Fernán Gutiérrez, número 2. Sin embargo, el día 25 de junio, como indican los vecinos, la Policía no pudo frenar la ocupación de una casa en la calle Herreros por presentar los ocupantes un documento oficial –supuestamente un empadronamiento–. Por ello, los vecinos piden también al Ayuntamiento que no facilite el empadronamiento como «primera medida».

En la reunión, los vecinos recalcaron que «el barrio no se puede dejar así», y sugirieron «medidas para que se cumpla la ley, y se desalojen las casas ocupadas». Entre esas propuestas se incluía la protección de las casas vacías activando «medios para evitar ocupaciones», a través de «tabiques en puertas y ventanas, o puertas antiocupas».

Al mismo tiempo, los vecinos advierten el incremento de la suciedad en el barrio y piden que se conserven calles y fachadas limpias, «con objeto de preservar la salud pública». Y, por último, los vecinos se muestran contundentes con el deterioro del patrimonio y exigen «que se recuperen los edificios emblemáticos que son propiedad del Ayuntamiento».

La mencionada Villa Esperanza en la calle Santa María o la antigua Comisaría de la Policía Nacional –obra del arquitecto Juan Talavera– en El Derribo representan los casos más llamativos de degradación. Pero no son los únicos. Como se señala en el documento presentado al Ayuntamiento, estos inmuebles podrían recuperarse para fines sociales, culturales o empresariales, destinándolos a nuevos usos.

Periodista y guionista. Doctor en Periodismo y Máster en Guión y Narrativa Audiovisual. Interesado en la cultura en (casi) todas sus manifestaciones: literatura, música, cine, artes plásticas...

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