Dos décadas después, La Voz de Alcalá volvía a publicar una noticia política de similares características. Se trataba de la crónica de un abandono y de un relevo obligado en la Alcaldía. Cambiaban los actores y algunos matices del entorno. Pero la secuencia general de los hechos deparaba un panorama parecido. Si en 1994 fue Manuel Hermosín quien dejaba la vara de mando en manos de Guillermina Navarro al ser inhabilitado por la justicia, ahora era Antonio Gutiérrez Limones quien hacía lo mismo con Ana Isabel Jiménez después de estar cercado por presuntas irregularidades y la desviación de fondos en la gestión de Alcalá Comunicación Municipal (ACM).

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