El notario alcalareño Rafael M. L. ha sido condenado a dos años de prisión por delitos de estafa, falsedad documental y apropiación indebida tras haber desviado fondos de centanares de clientes durante más de una década.

A su vez, José Miguel H. M., que ejerció como contable del anterior, también ha sido condenado a un año de cárcel por participar en este «delito continuado», que, según la sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia, consistía en «distraer el dinero de las provisiones de fondos aportadas por los clientes» a través de un «concurso medial».

En total, Rafael M. L. se apropió de 792 540 euros. Lo singular de este caso es que sea ahora, diecisiete años después, cuando llegue la resolución judicial, pues los delitos comenzaron en 1989 y se extendieron hasta 2001. A la demora se une la rebaja de la condena por repararse el daño mediante la devolución de parte del dinero desviado.

En el verano de 1996 algunos clientes comenzaron a interponer denuncias al comprobar que sus viviendas no habían sido inscritas en el Registro de la Propiedad tras haber firmado las escrituras; o bien, recibían requerimientos de Hacienda para que pagasen con recargo los impuestos no abonados.

El dinero desviado, como señala la sentencia, solventaba «los problemas de tesorería» de la notaría; una notaría en la que existía, según el texto judicial, «un absoluto descontrol» en la gestión, pues no contaba con cuentas anuales ni con libro de caja para identificar facturas o minutas.

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