Zonas agrietadas, azulejos rotos, losas levantadas,  hierbas en bancos y escaleras… Once años después de su inauguración, el aspecto del Puente del Dragón dista mucho de la imagen con la que se presentaba a los alcalareños.

La infraestructura, que forma parte de la carretera de circunvalación de la localidad,  muestra a día de hoy numerosos desperfectos superficiales, que, si bien no afectan a su estructura ni a sus dos calzadas, sí afean la imagen del puente, que, más allá de su utilidad, fue concebido con un marcado carácter estético y monumental.

De hecho, el llamado «Guardián del Castillo» se consideró en época de gobierno de Antonio Gutiérrez Limones como el nuevo «emblema arquitectónico» de Alcalá de Guadaíra.

Uno de los aspectos más llamativos del deterioro que sufre el puente  se localiza en el revestimiento de trencadís. Los azulejos multicolores, que se compararon con los del Parque Güell de Barcelona, aparecen  ahora rotos en diversas partes o desgastados. Esto se puede distinguir tanto en los lomos y la cabeza del Dragón como en los accesos al puente que están recubiertos de cerámica, entre la que, además, crece la hierba.

Otro elemento palpable del desgaste del puente se halla en la pavimentación, que se ha levantado en buena medida y amenaza con seguir haciéndolo. Existen numerosas losas sueltas en el acerado, despegadas del suelo, que suponen un riesgo para los viandantes.

Asimismo, se observan barandillas oxidadas y  una cantidad considerable de grietas en toda la estructura del puente, especialmente en las juntas, que se han abierto considerablemente por dilatación; hasta el grado de que, en alguna zona, se pueden ver los hierros del forjado.

Según fuentes municipales, la Consejería de Fomento es el organismo encargado de velar por el mantenimiento del Puente del Dragón. Pero en esta no consta ninguna petición formal desde el Ayuntamiento para acometer trabajos de mejora.

Un evento «histórico»

La bienvenida oficial al Puente del Dragón se produjo el 28 de marzo de 2007. Ese día, calificado de «histórico» por el equipo de gobierno liderado por Limones, no se escatimaron esfuerzos para promocionar la inauguración del que se presumía como el nuevo símbolo arquitectónico de Alcalá.

El evento contó con espectáculos teatrales y piromusicales, visitas escolares y autobuses fletados desde diferentes puntos de la localidad para incrementar la asistencia de público. Según Limones, el Puente del Dragón suponía «una de las obras de ingeniería más importantes e impresionantes de Sevilla, y el primer puente figurativo de Europa».

Con estas palabras, se daban por finalizadas las obras de un proyecto diseñado por los ingenieros José Luis Manzanares e Íñigo Barahona, que había durado dos años y que no había estado exento de polémica desde su inicio, puesto que se llevó a concurso en una supuesta «votación popular» que no contó con demasiado control; a lo que se sumaba el impacto visual que generaba el puente en un entorno patrimonial dominado por un castillo almohade.

 

 

Periodista y guionista. Doctor en Periodismo y Máster en Guión y Narrativa Audiovisual. Interesado en la cultura en (casi) todas sus manifestaciones: literatura, música, cine, artes plásticas...

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