El COVID-19 está transformando las conductas sociales, las formas de consumo e incluso cómo sentarse a la mesa a comer. De esta adaptación a la circunstancias impuestas por la pandemia habla Toni Araujo Pedregal, presidente de la Asociación de Hosteleros de Alcalá y propietario del restaurante Bernardo.

–¿Cómo ha sido la nueva normalidad de la hostelería en Alcalá?

–Ha subido mucho la visita del público local entre semana por las noches y los fines de semana. Al no tener turismo en Alcalá, la hostelería no ha sufrido tanto como el centro de Sevilla. En general, los bares de Alcalá que han abierto, que han sido en torno al 90%, están funcionando bastante bien, salvando los primeros días que la gente no conocía los protocolos. Ahora los clientes ya saben que tienen que usar la mascarilla en el interior.

–¿Se ha notado mucho que la clientela llevaba tiempo encerrada?

–Sí, al principio fue así. Fue un boom como cuando abres un negocio nuevo y es la novedad. La gente salió en estampida, a mansalva. Después se ha venido un poco abajo, porque no se puede mantener ese ritmo. Mucha gente no se está yendo de vacaciones por miedo y el consumo que iba a tener fuera de Alcalá, se está quedando aquí.

–¿Cómo está afectando los protocolos sanitarios?

–Lógicamente ha aumentado el gasto por las mascarillas, los geles hidroalcohólicos, las servilletas desechables, la cartelería… Sin embargo, el hecho de quitar mesas no significa vender menos. En muchos casos, atiendes más rápido y le puedes dedicar más tiempo a la gente. A lo mejor antes, los clientes comían y se iban a otro lado a tomar una copa, pero ahora se la toman en el mismo restaurante. Depende del tipo de negocio.

–Y la adaptación de los equipos humanos, ¿cómo está siendo?

–Lo más agobiante es la mascarilla. Imagínate a un cocinero con el gorro, la chaquetilla y el calor de los fogones. A la hora de servir se trata de no estar encima de la mesa tanto tiempo como antes y solo acudir a lo imprescindible: servir y tomar nota. Antes te acercabas a preguntar cómo iba la comida, pero eso ahora tratamos de evitarlo.

–¿Hay muchos bares para los que la pandemia ha sido la puntilla?

–Había negocios que no iban bien y han aprovechado para cerrar, pero muchos se han traspasado, han cambiado el formato o han decidido abrir más adelante. Han aprovechado esta disyuntiva para buscar un modelo de negocio que sea más beneficioso.

–¿Hay miedo a que vuelvan las restricciones?

–Hay miedo y prudencia. Hay negocios, por ejemplo, que no van a cerrar por vacaciones, prefieren hacer caja porque no saben lo que se van a encontrar en septiembre. O si cerraban 15 días ahora van a cerrar cinco. Como todos los días sale en las noticias que hay rebrotes, pues nos mantenemos todos alerta.

–¿Cómo están funcionando las ayudas?

–Al principio el Gobierno Central salió muy fuerte con el tema de los ERTE, pero hay gente que todavía no los ha cobrado y otros que están cobrando cuando ya han vuelto al trabajo, debido a que la administración pública todavía no ha grabado esa baja del ERTE, por lo que cuando pase un tiempo se les va a reclamar el dinero. En cuanto a la ayuda del Ayuntamiento, se la han aprobado a casi todos los hosteleros y creemos que antes del 15 de agosto tendremos el ingreso. También nos ha quitado la tasa de veladores, que es un buena ayuda.

–¿Qué mensaje se lanza desde la hostelería a los ciudadanos?

–Los hosteleros le decimos a los ciudadanos que necesitamos su ayuda y pedimos que consuman en Alcalá. Que estamos preparados y que estamos cumpliendo con las normas, con la limpieza y con la seguridad. Si hay algún ciudadano que considera que no se está cumpliendo que lo comunique al hostelero.

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Licenciado en Periodismo. Actualmente La Voz de Alcalá, Sevilla Actualidad y En Andaluz. Antes en Localia TV y El Correo de Andalucía.

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