En abril de 1920, hace ya un siglo, se colocó la primera piedra del Sanatorio Antituberculosos de El Tomillar, hoy hospital, en el término municipal de Alcalá, aunque más próximo al casco urbano de Dos Hermanas. Desde el inicio de la Restauración, la corona puso interés en combatir la enfermedad, pero fue a raíz de la muerte del rey Alfonso XII en 1885 a causa de la tuberculosis cuando se incrementó el esfuerzo, apoyando iniciativas en su lucha.
De esta manera, avanzada la segunda década del siglo XX, comenzó a tomar forma un proyecto para levantar un sanatorio de antituberculsoso, donde los pacientes pudieran ser curados. En el enclave reunía buenas condiciones, ya que la ubicación geográfica proporcionaba vientos que beneficiaban a la curación. La reina Victoria Eugenia, presidenta de honor del Real Patronato de Dispensiarios e Instituciones Antituberculosas, visitó la zona el 22 de abril de 1920 para inspeccionar los terrenos donde se edificaría el sanatorio. Estuvo acompañada por la condesa de Lebrija.
La primera piedra de la construcción se puso dos días más tarde de la visita, el 24 de abril. En el acto de colocación también estuvo presente la reina, que llegó en automóvil desde Sevilla, acompañada por la duquesa de San Carlos y el marqués de Bendaña. Además de la presencia de autoridades, la ceremonia contó con la asistencia de la aristocracia sevillana, el gobernador civil, el presidente de la Diputación, el capitán general de la Región y el doctor Miguel Ríos Sarmiento. Tras los discursos, incluido el de la reina, se procedió a asentarla piedra. La carretera de Alcalá se adornó para la ocasión con banderas y gallardetes con los colores nacionales.
Las obras del Sanatorio Antituberculosos de El Tomillar se prolongaron hasta 1925. El proyecto del arquitecto Espiau constaba con un total de ocho pabellones construidos en un terreno de 46.769 metros cuadrados, por lo que el sanatorio tendría cabida para 80 enfermos. Cada pabellón tenía diez habitaciones individuales para enfermos de tuberculosis.
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