Cuando se observa a un niño o niña seguir comportamientos o conductas del sexo opuesto, se tiende a marcar de forma errónea su orientación sexual. La identidad sexual es «innata». Por ello, cuando un niño de dos o tres años muestra conductas femeninas, «no está diciendo lo que le gusta sexualmente –su orientación sexual–, sino cómo se siente –su identidad de género–», recalca Mar Cambrollé, presidenta de la Asociación de Transexuales de Andalucía (ATA). En edades tempranas, se puede identificar a una persona transexual o trans –aquella cuya identidad de género no se corresponde con el sexo que se le asignó al nacer– cuando muestra actitudes y comportamientos persistentemente del otro género y refleja un sentimiento de infelicidad.

Unos días de 2020 bastaron para dejar la primera víctima de transfobia en España. Fue el caso de Lucas, un joven transexual alcalareño que se quitó la vida el pasado 8 de enero. El suicidio es la primera causa externa de muerte en España, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Estas cifras se incrementan en casos de jóvenes trans. El estudio publicado en la revista Pediatrics, de la Academia Americana de Pediatría, refleja precisamente estos datos de la transfobia en adolescentes: más de la mitad de chicos trans (50,8%) y el 29,9% de las chicas trans han intentado alguna vez suicidarse.

La sociedad ha avanzado en los últimos años en lo que respecta, por ejemplo, a la homosexualidad o bisexualidad. Se ha llegado a comprender que una persona tiene total libertad para definir su orientación sexual. Por el contrario, «cuesta asimilar que esa misma persona tiene la misma libertad para identificarse con un género u otro». «Un órgano sin consciencia no puede determinar cuál es mi género», reflexiona Cambrollé.

Transfobia en la sociedad

En los adultos transexuales queda patente que la discriminación laboral –más del 80% de los trans se encuentran sin empleo, según el estudio Transexualidad en España de la Universidad de Málaga– y la discriminación a la hora de encontrar vivienda son consecuencias de la transfobia. No obstante, en jóvenes se tiende a simplificar que la problemática es el acoso en centros educativos. La presidenta de la Asociación de Familias de Menores Trans Chrysallis, Carola Alonso, afirma que todavía vivimos en un «contexto cisheteronormativo» produciéndose «situaciones incómodas, injustas e incluso de vulneración de derechos».

Tanto ATA como Chrysallis prestan asesoramiento a menores y adultos transexuales. Una de las peticiones más habituales que suelen atender es la del cambio de sexo en documentos. Alonso explica cómo en estos casos se reflejan los prejuicios todavía existentes sobre la identidad de género. Así, incide en que aún se siguen pidiendo informes médicos y plazos de tratamiento hormonal para hacer ese cambio en el DNI. Se trata de un trámite contradictorio con el «supuestamente existente» derecho a la libre determinación de género. «Es una forma de tutelar los cuerpos, de obligar a las personas trans a modificarlos para encajar en la norma cuando debería ser una decisión íntima y personal». He aquí otros casos claros de prejuicios: ni los transexuales son personas en un cuerpo equivocado, ni por imperativo tienen que someterse a una intervención. «Es necesario un cambio de paradigma social y educativo», concluye.

Por su parte, desde ATA señalan que su experiencia con jóvenes les hace concluir que el principal problema es la incomprensión familiar. La no aceptación de su transexualidad por parte de sus padres supone para los jóvenes una carga emocional tremenda. «La aceptación familiar es vital, es el abrigo que usas para salir a la calle para protegerte del frío y la lluvia», reflexiona Cambrollé incidiendo en lo necesario de ese apoyo para que los jóvenes puedan sentirse seguros consigo mismos y puedan enfrentarse a los casos de acoso y discriminación.

Ese cambio de contexto debe también producirse en los colectivos que ya reivindican la igualdad. Manolo Rosado, presidente de la Red de Municipios Orgullosos, de la que forma parte Alcalá, también confirma la «invisibilización» del colectivo trans, incluso «dentro del mundo LGTBI». «Existe un empoderamiento del colectivo LGB, especialmente de gays, que invisibiliza a un grupo más vulnerable como el transexual», explica.

Tratamientos con hormonas e inhibidores gracias a la Ley Trans

Andalucía es una de las comunidades más avanzadas en España al contar con una Ley Trans desde 2014. Esta regulación permitió que todas las provincias andaluzas contasen con una Unidad de Atención a Personas Transexuales –en Sevilla en el Hospital Virgen del Rocío- y especialistas endocrinos. De hecho, anteriormente solo existía la Unidad de Trastorno de Identidad en Málaga, donde se trataba a la transexualidad como una enfermedad patológica. No fue hasta 2018 cuando la OMS dejó de catalogar a la transexualidad como un trastorno mental.

Esta legislación ha permitido a las personas trans tener más facilidades y «no ser tratados como leprosos», según apunta Cambrollé. Desde su aprobación, las personas a las que se les asigna el sexo masculino y se sienten mujeres son tratadas con estrógenos y antiandrógenos y a las se les asigna el sexo femenino pero se sienten hombres con andrógenos. De hecho, estos tratamientos son comúnmente usados en las personas cis –alguien cuyo sexo asignado al nacer e identidad de género coinciden–. Se aplican así también a mujeres que tienen problemas de menstruación o menopausia o a hombres con anulación de la libido o atrofia, siendo los trans tan solo el 20% de los pacientes que consumen estas hormonas. Por otro lado, los menores trans tienen la posibilidad de recibir inhibidores de hormonas para evitar el crecimiento de vello facial o de las propias mamas.

Sin miedo a solicitar ayuda

Asociaciones como ATA o Chrysallis ofrecen ayuda y asesoramiento a personas trans. Basta con una búsqueda rápida en internet para encontrar sus contactos. En torno a 300 familias andaluzas componen Chrysallis y habitualmente realizan encuentros para compartir vivencias. En Alcalá, no existe todavía un órgano institucional que atienda estas necesidades. No obstante, según reconoce Rosado, desde la Red de Municipios Orgullosos ha habido un encuentro con las delegaciones de Igualdad y Servicios Sociales para solicitar la inclusión en los presupuestos de «un punto visible LGTBI».

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Apasionado del deporte, la cultura menos visible y siempre atento a la realidad social.

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