El reciente nombramiento de un Gobierno donde predominan ampliamente las mujeres ha traído a la discusión pública la cuestión de si no deberíamos llamar Consejo de Ministras a la reunión de este Gobierno, lo que supondría la divertida novedad de determinar el género por mayoría simple.

No hay, sin embargo, unanimidad en esta opción, que implicaría a cada momento hacer cuentas antes de hablar. En el propio Gobierno trece miembros han utilizado Consejo de Ministras y Ministros en la toma de posesión, mientras que cuatro han preferido decir Consejo de Ministros.

Pero si pasamos a los comentarios de los lectores en los periódicos digitales, encontramos las más variadas corrientes de la Real Academia Popular: desde los tradicionalistas del llamado lenguaje inclusivo, que siguen prefiriendo ministr@s o ministrxs (ninguno explica cómo demonios se pronuncia esto), hasta las últimas tendencias, que proponen dejarnos de sexismo y decir de un vez ministrus, aun reconociendo que al principio «suena un poco raro», especialmente cuando llamásemos emusas a «un grupo de emús hembras» y emusus a «un grupo de emúes en general». Hay quienes prefieren zanjar el tema con Consejo de Gobierno o Ministerial y quien acorta por la calle de en medio: «Ni pa ti ni pa mí: Conejo de Ministros». Ante tal panorama, mejor no volver a decir «voy a echarle de comer a los pollos» sin sexarlos, no sea que en el corral predominen las gallinas. En este caso hablaríamos de alimentar a la concurrencia avícola. Y que Dios nos coja confesadus.

Soy filólogo y profesor jubilado de Secundaria. Ejercí muchos años en el «Cristóbal de Monroy». Participé en la reunión fundacional de La Voz de Alcalá y colaboro en este periódico desde 2006....

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