La Junta de Andalucía ha decidido frenar la desescalada y aplazar la reunión del Comité de Expertos a expensas de que se reduzca aún más la tasa de incidencia acumulada en los últimos 14 días. La lenta bajada de la incidencia, este martes solo se reducía en 0,4 puntos, ha provocado que desde el ejecutivo andaluz se decida frenar momentáneamente la desescalada.
El propio consejero de Salud, Jesús Aguirre, lo anunciaba en la comparecencia posterior a la reunión del Consejo de Gobierno, señalando como uno de los objetivos para que esa desescalada se retome, que la tasa de incidencia se coloque por debajo de los 150 casos por cada 100.000 habitantes.
Pero este no es el único objetivo que se pone la Junta «a corto plazo» para retomar la desescalada que anunciara Juanma Moreno a principios del mes de mayo. En el horizonte más próximo, Andalucía se propone reducir los hospitalizados por COVID y colocar esa cifra por debajo de los 500, así como aumentar más si cabe el ritmo de vacunación. La intención de la Consejería de Salud es que se inoculen semanalmente entre 650.000 y 700.000 dosis de la vacuna contra la COVID-19.
La mitad de dosis en julio
La vacunación será precisamente uno de los dolores de cabeza de la Junta de Andalucía esta semana. El propio consejero de Salud, Jesús Aguirre, señalaba que durante el mes de julio, la Junta de Andalucía recibirá la mitad de dosis en comparación con las recibidas durante el mes de junio.
Serán las dosis de Pfizer las que sufran una reducción mayor, con casi un 50% menos de dosis durante el mes de julio. ¿El plan de la Junta? reducir la puesta de la primera dosis para así poder asegurar las segundas dosis que están programadas durante el mes de julio.
Una reducción de dosis que deja en el aire el desarrollo de un verano que, recién comenzado, ya ha comenzado a mostrar lo que podría ser, con el megabrote registrado en Mallorca, con casi 500 andaluces confinados, y 40 jóvenes sevillanos retenidos en Mallorca.