La Junta se ha propuesto como objetivo reducir los indicadores para continuar paliando los efectos de la pandemia y acercar a Andalucía cada vez más a la normalidad. Entre ellos se encuentra una reducción de la incidencia, de los hospitalizados por COVID, así como aumentar el número de dosis administradas.

El principal objetivo que se ha planteado la Junta de Andalucía es colocar la tasa de incidencia acumulada por debajo de los 150 casos por cada 100.000 habitantes. Tal y como señalaba el consejero de la Presidencia y portavoz de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo, se trata de un «último esfuerzo» el que deben realizar los andaluces para que la llegada de la normalidad sea lo más temprana posible. Actualmente, según datos de la Junta de Andalucía, la incidencia supera los 170 casos.

Otro de los objetivos es la reducción de los ingresos de pacientes COVID en los hospitales andaluces. Actualmente, 609 personas se encuentran ingresadas por COVID en Andalucía, mientras que el objetivo de que se propone es que esa cifra a principios del mes de julio no sea superior a 500 personas.

Por último, en el corto plazo, una de las intenciones que tiene el Gobierno andaluz es aumentar más si cabe el ritmo de vacunación. La intención tanto de la Junta de Andalucía como de la Consejería de Salud es que se inoculen semanalmente entre 650.000 y 700.000 dosis de la vacuna contra la COVID-19.

Bajada de ingresos y de incidencia, aumento del ritmo de vacunación… La Junta se propone así reducir los indicadores negativos y aumentar la inoculación de dosis para adelantar la llegada de una normalidad muy ansiada por todos los andaluces.

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