La pandemia del coronavirus está enseñando que las crisis pueden ser muy dañinas si nos coge desprevenidos. Los gobiernos actúan siguiendo las recomendaciones de los científicos expertos en epidemias, pero no se puede decir lo mismo de la crisis climática, toda la comunidad científica lleva años alertando sobre sus graves efectos, pero los gobiernos no están dando los pasos necesarios para evitarla.

Hasta ahora se ha declarado la Emergencia Climática por parlamentos, ayuntamientos y gobiernos, pero siguen haciendo oídos sordos, y no ponen en marcha los cambios que necesitamos.

Los ecologistas señalan que “si antes de que sean evidentes sus efectos más dramáticos, no tenemos un plan, no ponemos  medios suficientes, actuamos con convicción y seguimos las recomendaciones que nos marca la ciencia, el resultado puede ser devastador para la mayoría de los ecosistemas y las sociedades humanas. Y ya estamos al borde del punto de no retorno que está poniendo en jaque a toda la humanidad y sus sociedades. Las consecuencias del cambio climático son ya visibles: incremento de los grandes incendios forestales, proliferación de enfermedades de regiones más cálidas, sequías más severas, subida del nivel del mar, lluvias torrenciales e inundaciones, incremento de la temperatura global y movimientos migratorios inducidos por la propia crisis”..

El confinamiento y la paralización económica que la pandemia ha provocado, tiene que hacer pensar -antes de reiniciar la actividad- que es un buen momento para cambiar las vidas, los comportamientos, porque el calentamiento global es la consecuencia de un modelo de producción y consumo que se muestra incapaz de satisfacer las necesidades vitales de las personas.

Los ecologistas pretenden “una reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero y consideramos absolutamente prioritario garantizar a todas las personas del mundo unas condiciones de vida dignas”. “Hay que reducir rápidamente ciertos consumos (como el energético), las formas de movernos, acelerar el cambio de los combustibles fósiles a energía 100% renovable, promover la autoproducción y el consumo descentralizado y de cercanías, y generar así un cambio desde lo global a lo local”, insisten.

En este sentido, hacen un llamamiento para celebrar el día de la Tierra este 24 de abril a las 22:00 horas de la noche desde los balcones y en las redes sociales. Así, proponen una manifestación desde casa con luces y sonidos. Si tienes un proyector, desde la ventana o el balcón de tu casa puedes proyectar vídeos o imágenes de manifestaciones, acciones de desobediencia civil, o cualquier mensaje que creas adecuado para la ocasión. Si no tienes proyector, ¡no pasa nada! Puedes preparar un recortable con la forma que tu quieras (e.g. siluetas de personas manifestándose, el planeta en llamas pidiendo ayuda, etc.), y desde la ventana o balcón iluminarlo con una linterna en la fachada o paisaje que tengas delante. ¡No te llevará más de media hora y te sorprenderá el resultado!

Al mismo tiempo puedes reproducir el sonido de una manifestación real, o cualquier otro sonido que creas oportuno. Haz fotos o graba un vídeo de todo el proceso creativo y la proyección de sombras que hagas y cuélgalo en las redes sociales. Échale imaginación… seguro que se te ocurren muchas más cosas que hacer.

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