El traslado del antiguo mercado al actual, después de años anunciándose y el dineral que costó a los alcalareños, fue inaugurado hace once años con mucha pompa y boato.  Un proyecto que fue denominado por el entonces delegado como una pequeña «Boquería» barcelonesa, se encuentra con un solo puesto de los 32 iniciales y abandonado en su parte alta. Un servicio público mal gestionado por los distintos responsables y al que no se ofrece solución. 

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