La historia del campin Oromana ha estado siempre ligada a un desarrollo de los acontecimientos accidentado, que no solo fue empeorando su imagen entre los usuarios, sino que también derivó en abandono y en última instancia en el cierre, que llegó en la peor época para este tipo de alojamientos, en pleno verano.La empresa concesionaria tuvo que echar el cierre ante un demoledor informe del departamento de Inspección de la Delegación provincial de Turismo de la Junta de Andalucía, que ponía de manifiesto el abandono y la no adaptación a la legislación vigente en ese momento. La empresa no subsanó los problemas y terminó cerrando. Luis Costa, entonces director del campin Oromana, confirmó el cierre, aunque afirmó que este respondía a una iniciativa propia de la empresa para hacer una reforma total del espacio turístico. Llegó a decir que la Junta le había dado un plazo de seis meses para la nueva apertura y añadió que se iba a presentar un campin totalmente reformado, con baños y bungalós nuevos… Lo que ya era una realidad es que la empresa demolió las instalaciones y lo hizo sin el preceptivo proyecto y licencia de demolición. Así lo reconoció el delegado de Urbanismo Rafael Chacón. Hay que recordar que, en 1985, el Pleno facultó al alcalde Manuel Hermosín para realizar las gestiones oportunas que permitiesen construir en el Puntal de Oromana un campin.

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