La empresa pública dedicada al apoyo comercial e industrial de la ciudad, Empasa, se disolvía por estas fechas en 2004. Las importantes pérdidas económicas acumuluadas en los años anteriores eran el principal motivo del cierre. El PSOE respaldó esta decisión en un pleno municipal, que contó con la abstención de Izquierda Unida, Partido Popular y Partido Andalucista. Medida que, según la oposición no resolvía los problemas aparejados a Empasa, ni mucho menos sus deudas, que ascendían a 1,3 millones de euros; cantidad que se derivaba de la suma de las reclamaciones hechas por la constructora ACS.

La creación de Empasa se remontaba a 1986, durante la alcaldía de Manuel Hermosín. Su disolución se ejecutaba sin zanjar procesos abiertos en promociones de viviendas, como las de Llano Amarillo, La Nocla o Silos. El Ayuntamiento prometió entonces asumir directamente la materialización y la gestión de las viviendas públicas a través de una política de promoción, cuyos «beneficiosos resultados» –con burbuja inmobiliaria de por medio– aún siguen esperando muchos vecinos.

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