Las relaciones entre el poder y los medios de comunicación son siempre complejas, pero estas deben venir marcadas por tres principios básicos: el respeto a la libertad de información, el deber de realizar información veraz de forma diligente y el derecho a la información consagrado en la Constitución. La convivencia de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial con la prensa es condición básica en un estado democrático y de derecho. Pero cuando esa convivencia y respeto mutuos se quiebran, se priva de un derecho fundamental al ciudadano, que necesita información veraz para poder tener opinión propia y elegir, en base a ella, a sus representantes públicos.

Estos principios parece no tenerlos claros la alcaldesa de Alcalá, que durante este último mes ha venido rechazando, a través del Gabinete de Comunicación, las reiteradas solicitudes de entrevista cursadas por esta redacción, que contra todo pronóstico, cumple este número 29 años de una historia de compromiso con la libertad y la pluralidad.

Este periódico viene alertando desde hace meses a distintos responsables y cargos públicos municipales del trato discriminatorio que está recibiendo del gobierno local, y el tratamiento desigual frente a otros medios de comunicación. Así viene siendo en el ámbito publicitario, en el que medios con escasa audiencia e implantación en la ciudad, reciben contratos municipales del gobierno de Jiménez. Sin embargo lo especialmente grave para este periódico es el trato discriminatorio en el ámbito informativo. Esto viene sucediéndose con el rechazo de entrevistas por parte de la alcaldesa en este último mes, pero también evitando al periódico en algunos actos gubernamentales de la regidora.

Estas actitudes de, al menos, una parte del gobierno local que encabeza Jiménez, no son nuevas hacia esta publicación en sus casi tres décadas de vida. Parecen repetir la errática estrategia de anteriores dirigentes socialistas de tratar de silenciar críticas a su gestión desde esta cabecera. La Voz de Alcalá y su editora, la Asociación Libre de Prensa Alcalareña (ALPA), no tolerarán ni una sola muestra más de trato discriminatorio por parte del gobierno e informarán a socios y lectores de cada una de las decisiones que ahonden ese tratamiento desigual. Asimismo, y de no cambiar la actitud del gobierno, el periódico llevará a cabo cuantas medidas considere necesarias para garantizar los legítimos intereses de sus socios, de sus lectores, y de toda la ciudadanía de Alcalá de Guadaíra.

La Voz de Alcalá ha contado el paso por la Alcaldía de cuatro de los cinco alcaldes de la democracia, con sus errores y aciertos. 29 años después, el periódico sigue contando la gestión de los ediles alcalareños. Con la perspectiva de la historia y la trayectoria del periódico, y habiendo demostrado el compromiso con la información plural e independiente, solo cabe esperar un cambio de actitud por parte de la alcaldesa. Frente a sus decisiones injustas, este periódico invita a la regidora alcalareña a reflexionar, a corregir sus decisiones, y a aceptar la libertad de información, de expresión y de opinión.

La Voz de Alcalá necesita tu compromiso

Participa en la conversación

1 comentario

  1. Director,
    Mi colega y yo, cada uno, propietarios y gestor de un laboratorio de análisis clínico en Alcala, donde existen al menos 10 laboratorios y todos o casi todos hacemos los test para el COVID-19.
    Los empresarios de Alcalá traen un laboratorio de Sevilla para hacer estos test en sus oficinas, la competencia a nuestra propia casa “Alcalá” de forma dirigida y ordenada. Nos roban los clientes en nuestra propia casa.
    Existirán excusas varias y todas baratas para justificar esta acción. Una vez más nos dicen consumir en Alcala mientras apañan con Sevilla u otros.

    Nos gustaría leer su opinión sobre estas cuestiones,
    ¿que calificativo corresponde a estas acciones?
    ¿así se ayuda a la economía local?
    Le invito a hacer gala de su nombre, prestigio, rigurosidad y su caracterizada solidaridad para con nuestro pueblo.