Nadie dijo a los socialistas de Ana Isabel Jiménez que gobernar Alcalá después de Limones iba a ser fácil. En el equipo de la alcaldesa contaban con la fortaleza de la marca PSOE y con el respaldo de la presidenta de la Junta como aliada. Sin embargo pocos valoraron las devastadoras consecuencias que el Caso ACM traería en forma de sangría interna y que sigue dando quebraderos de cabeza al gobierno. 

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