Quisiera empezar 2020 recordando, a modo de homenaje, a dos alcalareños singulares que nos dejaron el año pasado. Antonio Gavira Albarrán (12-6-1963 a 25-3-2019) y Pepe Calderón Ruiz (5-8-1943 a 14-12-2019) siempre tendrán un lugar preferente en mi memoria. Aunque eran muy distintos y pertenecían a mundos distintos, tenían en común un acendrado amor a Alcalá y una gran honradez. Su curiosidad por el mundo que les rodeaba era enorme y fecunda. Siempre se comprometían y defendían lo que consideraban justo. Me sentí valorado por los dos y de los dos aprendí cosas buenas. Parafraseando al Padre Flores sus méritos no son ruidosos, pero sí permanentes y útiles a la posteridad.

CONTENIDO EXCLUSIVO

Hazte socio. Si ya lo eres y aún no tienes claves pídelas a socios@lavozdealcala.com

Si ya eres socio inicia sesión

Profesor de Bachillerato. Miembro fundador de la Asociación Padre Flores y autor de numerosos trabajos de Historia local.