III. 2. Mas, en verdad, la madre primera de vuestra gente, Sara, ¿acaso no fue infecunda hasta el año octogésimo? No obstante, en la última edad de su senectud engendró a Isaac, a quien había sido prometida la bendición de todas sus gentes.

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Colaborar de La Voz de Alcalá desde los inicios del periódico. Catedrático de Instituto de Lengua Griega e Historiador de la Antigüedad.