Hasta 1964, Curro y su hijo menor, Rafael (todavía soltero), permanecieron en el molino. Josefina (que habría sido la esposa ideal de cualquier molinero antiguo) se casó con un hijo del guardabarrera de la Venta de la Liebre, y siguió yendo diariamente al molino andando desde el pueblo, porque estar casada no le impidió seguir siendo la mujer de la casa de su padre y sus hermanos.

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Francisco López Pérez, maestro de Educación Primaria, licenciado en Geografía e Historia, colaborador habitual en la presa local alcalareña.