Revoleo de la bandera por parte de la Judea de Alcalá/ Enrique Sánchez

En Semana Santa, en mi casa todos los años se hacía lo mismo. En esos días, mi tía y mi abuela se preparaban para elaborar la exquisita comida que teníamos que comer. El Miércoles Santo, mí tía se metía en la cocina a media mañana y preparaba las espinacas que mi hermana y yo ayudábamos a lavar junto a un gran pilón lleno de agua que había en el patio.

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