Juan Maigler Cansino salió de Alcalá rumbo a los Estados Unidos tras recibir una oferta de trabajo en California, pero pronto su destino cambió a Nashville, (Tennesse), de donde es originaria su pareja. Tres años más tarde, este será el primer verano que pasen fuera de Alcalá, a donde solo una pandemia mundial ha podido disuadirles de volver durante las vacaciones. Actualmente Juan ejerce como profesor de español en el sistema educativo estadounidense, del que se lleva una forma de enfocar el aprendizaje que ha sido un antes y un después en su carrera profesional.

–¿Qué le ha aportado EE.UU. que echase en falta en España?

–Mi experiencia ha sido muy positiva. Conseguí mi licencia y un puesto como profesor de español en apenas unos meses. El mercado docente es muy flexible, tiene muchas oportunidades y una compensación razonable. No hay duda de que en España hay muchísimo talento, pero no estoy seguro de que el sistema actual de oposiciones sea el más justo y acertado para canalizarlo. Tengo amigos y familiares que tuvieron que parar mucho durante años para centrarse en conseguirlo, aquí sería impensable.

–Ha cambiado de país para ejercer su profesión: ¿Por qué escogió su campo profesional?

–Desde pequeño he disfrutado aprendiendo y siendo parte de otras culturas, y la lengua es el código que te permite jugar en el sistema. Es una de las muchas maneras de replantear tus ideas y crecer. Como profesor, trato de ofrecer oportunidades para que los estudiantes descubran nuestra lengua y cultura y puedan reflexionar en torno a estas ideas en comparación a las suyas. En el colegio privado en el que trabajo tenemos la suerte de tener grupos reducidos, lo que permite aprender con el método Harkness: todos los estudiantes se sientan alrededor de una gran mesa ovalada que fomenta el diálogo colectivo y un enfoque conversacional y práctico del aprendizaje del idioma. Para mí ha sido un antes y un después en la enseñanza.

–¿Cuáles son las mayores diferencias que ha visto entre el mundo de la docencia en EE.UU. y en España?

–Me da la impresión de que en EE.UU se cultiva con especial atención la confianza en uno mismo. Por lo general hay una gran disposición en los estudiantes a participar, preguntar, hablar en frente de la clase, y a correr el riesgo de cometer «errores». En cuanto al profesorado, siento que dispongo del tiempo necesario dentro de mi horario para cumplir con mis funciones y para incluso empezar iniciativas e innovar en mi metodología. Cuando ejercía en España sentía que estaba en una carrera contrarreloj constante en la que tenía que decidir si sacrificar la calidad o mi tiempo personal.

Por otro lado, en España hay un sistema que garantiza la escolarización con un coste nulo o muy bajo. El precio del equivalente a Infantil aquí es desorbitado, por lo que muchas familias se plantean no trabajar y quedarse con los niños en casa. También el coste de la universidad es prohibitivo y genera préstamos que los estudiantes acarrean durante años.

-Respecto a Alcalá, ¿qué es lo que más echa en falta? ¿Se plantea volver?

-Este año será el primer verano sin ir en los tres que llevamos a causa de la pandemia. Los dos meses que estamos allí los pasamos de forma muy intensa y nos hacen tener la sensación de vivir en los dos sitios y de tener un mejor equilibrio. Además de los momentos con mi familia y amigos, echo de menos la espontaneidad de salir a la calle y encontrarme con gente, dar paseos por el parque, y la horchata de Los Valencianos. Nuestra intención es volver más pronto que tarde, pero aún nos quedan algunos años más que exprimir aquí, y encontrar la forma adecuada y sensata de iniciar la vuelta.

-Es imposible obviar el tema de la actual crisis sanitaria. ¿Cómo se ha estado viviendo en su lugar de residencia?

-Tuvimos y estamos teniendo medidas similares a las adoptadas por España, pero es cierto que aquí siempre se habla de «recomendaciones» y no hay tanta obligación. Es positivo que en Tennessee puedes hacerte un test cuando quieras de forma gratuita, pero me llama mucho la atención como se ha politizado la crisis, y como hay sectores de la población que viven como si no pasara nada, en particular en los sectores más conservadores.

-En su opinión, ¿cómo nos está cambiando esta crisis? ¿Qué mundo nos va a dejar esta pandemia?

-El optimista que hay en mí me hace pensar que tal vez esta sea una oportunidad para reconsiderar, valorar nuestras prioridades, sacar conclusiones sociales y políticas, y tratar de aspirar a algo mejor y más justo.

-Volviendo a Alcalá, por último, ¿qué cosas le gustaría ver cambiadas cuando volviese? ¿Qué Alcalá le gustaría encontrarse?

-Me gustaría encontrarme con un río Guadaíra limpio. El entorno natural que nos rodea es nuestra mayor riqueza y valoro mucho el trabajo de todos los que luchan por esta causa.

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