Sobre la mesa, recogiendo el humo del café y el tabaco, se amontonan la biografía de Bécquer firmada por Rafael Montesinos; una antología de pioneras de la poesía en español –Poesía soy yo se titula–; La luz del mundo, de Derek Walcott; y, cómo no, Por qué cortarse una oreja, el libro con el que Juan Álvarez se bautiza en las imprentas. Más atrás, en la biblioteca, conversan los «dioses tutelares» de Álvarez, los poetas a los que relee –Quevedo, Vallejo, Alberti, Borges, Blas de Otero...–, apoyados en los lomos de novelistas recientes, como su amigo Jesús Carrasco o su admirado Robero Bolaño. «Soy bolañista –reconoce–, me gusta su ética de escritor, de absoluto letraherido, capaz de arriesgar la vida por la literatura, sin tener un pavo».

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Periodista y guionista. Doctor en Periodismo y Máster en Guión y Narrativa Audiovisual. Interesado en la cultura en (casi) todas sus manifestaciones: literatura, música, cine, artes plásticas...